domingo, 4 de noviembre de 2012

Cadaver Exquisito Rosa

- Y además, deberías recordar que un párrafo nunca se debe comenzar con una conjunción, y mucho menos un texto! -dice mi cerebro, todavía mermado en sus capacidades como consecuencia de las últimas noches- Sabes lo que puedes hacer con tu vida y sin embargo estás escribiendo esto. Te empachas de trastornos psicosomáticos, claro que te sientes enfermo, no dejas de decir lo enfermo que te sientes, claro que ya no puedes ver el futuro! Eso no significa que el mundo vaya a desaparecer definitivamente estas navidades, pero te cierras más que una victima de violación y pierdes la fe. Al igual que la auto-sugestión te está frustrando las expectativas de futuro, tu visión del pasado perfecto es solo un placebo caducado, tenemos esa extraña manía de recordar una vida maravillosa que en realidad nunca lo ha sido, bendita imaginación.

- ¿Tras un párrafo escrito por ti te atreves a menospreciar la imaginación? ¿Mi propia imaginación? -Le contesto yo- Mi querido super-yo, no quiero responder con la ley del talión... ¿Pero como puedes hablarme de trastornos? Tu existencia, presente en todos los seres humanos, representa el conjunto de trastornos que forma nuestra personalidad, eres la educación hecha alma, pero también transportas los errores de nuestros padres, te ha construido la moral de la religión, aunque esta sea laica; y me impregnas un animo que se me antoja despreciable.

Si, despreciable, por que hay que ser muy necio para hablar de sugestión al observar la situación actual. No quiero caer en tópicos, y menos en un tópico tan vacío en su obvíedad, pero no es que sea pesimista, es que soy realista ¿No quieres que sea realista? Tengo la sensación de rozar el final en todo esto ¡Tu eres quien se autosugestiona pensando que no es para tanto! ¡No es a ti a quien necesito para darme lecciones! Vamos ¿Por que no me animas hablando de... de otra cosa? Parecería un enajenado mental si me hiciese caso a mi mismo. ¡No es a ti a quien necesito!

* - Mi querido y amado YO, cuanta razón impregnan tus palabras. Cuanta ignorancia desvela en sus metáforas tu pequeño Super-YO -El averno mental abre paso a mi Ello- Sé que estás triste, pero no llores, escucha tus suspiros, si los escuchas con atención descifrarás mis consejos. Solo entonces sabrás que hacer.

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