domingo, 4 de noviembre de 2012

Cadáver Exquisito Rubio


* Debe estar en su casa a estas horas. Probablemente durmiendo. Aún tengo las llaves de su piso. Cuando acabe me llevaré el anillo de oro que le había regalado, ya no le pertenece, no merece ser enterrada con él. Creo que el cuchillo de trinchar está bien afilado. Lo usaba para preparar la cena cuando venía a verme... Efectivamente, corta de maravilla. Llamaré a un taxi.

- ¿A dónde quiere que la lleve?
-  A la avenida trece con Madison
- Muy bien, llegaremos en poco más de cinco minutos, a estas horas de la madrugada el único tráfico que podemos encontrar son borrachos y mendigos que se dejan arrastrar por las calles.

 En efecto, la calle está completamente vacía . Genial. Así reducimos los testigos. Su edificio había dejado de ser uno de esos con portero, lo cual también facilita las cosas.
¡Oh no!...¿Taquicardia? ¿Sudor frío? No se debe a los nervios, ni mucho menos al miedo. Es...aggh...¡la euforia!, y la fatiga de subir ocho pisos por las escaleras, el ascensor puede que tenga alguna cámara.

Escucho detrás de la puerta. No se oye ningún ruido, ni la televisión, ni un tecleo en el ordenador, ni paso alguno. Está durmiendo como supuse. Estoy dentro. Tiene la casa hecha un desastre. Siempre ha sido así, que poco sentido del gusto. Como no me ande con cuidado tropezaré con alguna mierda que tenga tirada por el suelo y se despertará con el estruendo. ¿La puerta de la habitación cerrada? Vamos, no me jodas, maldita zorra...igual ya te olías algo, ¿verdad?

(trch...)

Primero he de encontrar el anillo, aunque con semejante desorden no sé cómo...No tiene nada con aspecto de joyero. Los cajones (…) nada. Se está revolviendo en la cama. Veo el anillo. Lo lleva puesto. Perfecto, procedamos.

-Laurie, ¿que haces aquí? Laurie...¡no! ¡Por Dios, no! Puedo explic...
-¡Cállate! ¡CÁLLATE YA!
- ¡Aaaaahhhhhhh!
(...)
-Mírate...no estás tan guapa ahora, ¿eh?

Nunca imaginé que haría falta tanta fuerza para acuchillar a alguien, ni que al terminar tendría la curiosidad de saber cuantas puñaladas di. En fin. He sido benevolente con semejante puta, debería sufrir más por lo que hizo. Está todo pringado, yo misma lo estoy. Cogeré el anillo y alguna ropa suya para cambiarme y salir de aquí lo antes posible. Me apetece un buen baño con espuma, estoy tan libre de sospecha...

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